Los metales, a excepción del oro, se oxidan al contacto con distintos agentes. El aire, el agua clorada, lociones y químicos afectan su capa más superficial.

Para limpiarlo y sacar el óxido (esa capa negra en la plata, o la capa verdosa en el bronce y cobre) puedes dejar unos minutos sumergida la pieza en agua con lavalozas, luego cepillar con cepillo suave, enjuagar y secar con un paño de algodón suave o secador de pelo, para que no queden manchas de agua.

Si la pieza no tiene piedras, puedes cubrir por dentro una olla con papel de aluminio, agregar una cucharada de sal y ponerla a hervir. Cuando el agua esté lista, quita la olla del fuego y sumerge la pieza de metal. Con unos minutos basta.

Finalmente, sacar, enjuagar y secar.